"When Alexis de Tocqueville came to America in 1831 to start on
his book Democracy in America, he was surprised by the
philanthropic spirit of the American people. Wherever he went in
the United States he noticed people gathered in meetings. They
would gather into small charitable committees at a community
level to provide for their neighbors in need. Whether it was a
health issue, a difficult financial time, need for children’s clothing,
or a place to live, some community and/or church organizations
were there to help cover the shortage and provide appropriate
care. All of this happened without the encouragement of the
government, because there lied a generous spirit in the
American’s heart. Help was from person to person, and was
generous enough to satisfy the deficiencies, but administered in
such a way that it did not enable unnecessary dependency or
beggars. The moral accountability and training for productive
employees was centralized to these relief efforts.
With government welfare programs, there is little consideration of
the real needs of the person, almost no attempts to solve the
underlying causes of poverty and poor health. People receiving
government assistance do not have a real incentive to find
permanent solutions to their problems. Statesmen can claim that
they have noble motives, but they are destroying entire towns
with their "benevolence". Today it seems that taking responsibility
for life itself is becoming something so rare” (Jay Van Andel, An
Enterprising Life).
“If anyone was unwilling to work, neither should that one eat” (2
Thessalonians 3:10). “Go to the ant, O sluggard, study her ways
and learn wisdom; For though she has no chief, no commander or
ruler, she procures her food in the summer, stores up her
provisions in the harvest” (Proverbs 6: 6-8).
“Like slavery and apartheid, poverty is not natural. It is manmade
and it can be overcome and eradicated by the actions of
human beings. And overcoming poverty is not a gesture of
charity. It is an act of justice. It is the protection of a fundamental
human right, the right to dignity and a decent life. While poverty
persists, there is no true freedom” (Nelson Mandela).
“When Jesus raised his eyes and saw that a large crowd was
coming o him, he said to Philip, ‘Where can we buy enough food
for them to eat?’” Even today there are multitudes of people that
do not have food on their tables. God does not let people die of
hunger, “For thus says the LORD, ‘They shall eat and there shall
be some left over’ “. But laziness, lack of creativity, unnecessary
spending, greed of some people, and the corruption of many
makes it difficult for there to be bread for everyone.
Is poverty a responsibility of God or of human beings?
"Cuando Alexis de Tocqueville vino a América en 1831, para
comenzar a trabajar en su libro: “Democracia en América”, le
sorprendió el espíritu filantrópico de los Americanos. A donde
quiera que fuera en los Estados Unidos veía que las personas
tenían reuniones. Se organizaban en pequeños comités de caridad
a nivel comunitario proveyendo para sus vecinos necesitados. Ya
fuera una calamidad de salud, un tiempo financiero difícil,
necesidad de ropa para los niños, o un lugar para vivir, algunas
organizaciones eclesiales o comunitarias estaban ahí para cubrir
esta escasez y proporcionar el cuidado adecuado. Todo esto
ocurrió sin que el gobierno lo animara porque en el corazón de los
americanos hay un espíritu generoso. La asistencia era de persona
a persona, y era lo suficientemente generosa como para satisfacer
las carencias reales, pero administradas de tal forma que no
engendrara dependencia innecesaria o mendigos. La rendición de
cuentas moral y el entrenamiento para empleos productivos eran
centrales para estos esfuerzos de ayuda.
Con programas de bienestar gubernamentales hay poca
consideración de las verdaderas necesidades de la persona, casi
no se procura solucionar las causas de fondo de la pobreza o de
mala salud, y las personas que reciben asistencia del gobierno no
tienen un verdadero incentivo para encontrar soluciones
permanentes a sus problemas. Los estadistas pueden pretender
que tienen motivos nobles, pero están destruyendo toda una
población con su “benevolencia”. Hoy parece que asumir la
responsabilidad por la vida propia es algo cada vez más raro” (Jay
Van Andel, Una Vida Emprendedora).
“Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma” (2 Tes 3, 10).
“Vete donde la hormiga, perezoso, mira sus andanzas y te harás
sabio. Ella no tiene jefe, ni capataz, ni amo; asegura en el verano su
sustento, recoge su comida al tiempo de la mies” (Prov 6, 6-8).
"Como la esclavitud y el apartheid, la pobreza no es natural. Es
creada por el hombre y puede superarse y erradicarse mediante
acciones de los seres humanos. Y erradicar la pobreza no es un
gesto de caridad. Es un acto de justicia. Se trata de proteger un
derecho humano fundamental, el derecho a la dignidad y a una
vida digna. Mientras haya pobreza, no habrá verdadera
libertad” (Nelson Mandela).
"Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: “¿Cómo
compraremos pan para que coman estos?”. También ahora hay
multitudes que no tienen pan en su mesa. Dios no deja morir de
hambre a nadie, “porque esto dice el Señor: “Comerán todos y
sobrará”. Pero sí la pereza, falta de creatividad, gastos en cosas
innecesarias, la avaricia de algunos, y la corrupción de muchos,
impide que haya pan para todos.
¿La pobreza material es responsabilidad de Dios o de los seres
humanos?
Fr. Marco López
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