6/24/2013

¿Cómo puedo saber cuál es la voluntad de Dios para mi vida?


Estaba predicando en una parroquia vecina, cuando de repente una mujer levantó su mano y me preguntó: ¿Cómo puedo saber cuál es la voluntad de Dios para mí vida?

La pregunta de esta mujer hace referencia al punto más importante de nuestra existencia cristiana, porque, como dijo el Cardenal Francis Xavier Nguyen Van Thuan: “La voluntad de Dios es nuestro pasaporte para el cielo” (El Camino de la Esperanza, n. 28). Pero, vivir de acuerdo a la voluntad de Dios; es además, indispensable para conseguir la felicidad verdadera también en este mundo: No hay felicidad auténtica si vivimos cualquier aspecto de nuestra vida de espaldas a la voluntad de Dios.

La respuesta a la pregunta: Cómo puedo saber cuál es la voluntad de Dios para mi vida, puede parecer lógica para muchos: guardar los Mandamientos de Dios, pero, muchas veces, aunque los conozcamos de memoria nos resulta difícil acomodar nuestra existencia a ellos. Sin embargo, si de verdad deseamos descubrir la voluntad de Dios es fundamental que nos preguntemos:

1.    ¿Concuerda esta decisión con la Palabra de Dios?

2.    ¿Puedo pedirle realmente a Dios que me ayude a lograr lo que estoy haciendo?

3.    ¿Tengo paz genuina en mi conciencia?

4.    ¿Mi decisión está en armonía con mi condición de hijo/a de Dios?

5.    ¿Está de acuerdo esta decisión con el plan de Dios para mi vida?

6.    ¿Beneficia esta decisión a mi familia, mi comunidad cristiana?

7.    ¿Honra esta decisión a Dios?

Creo sinceramente que cada uno de nuestros problemas, el que sea, tiene su origen en el hecho de que ignoramos la voluntad de Dios para nuestra vida. Muchas veces quizás ni siquiera nos preguntamos qué es lo que realmente Dios quiere para nosotros. El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que: “por la fe, el hombre somete completamente  su inteligencia y su voluntad a Dios” (n.143). Y es en el entendimiento y conciencia donde Dios nos muestra su voluntad a cada uno.

Nada tan importante para que Dios nos muestre su voluntad como la oración, la lectura bíblica, recibir el perdón de nuestros pecados a través del sacramento de la Confesión; porque “es sabido que Dios no escucha a los pecadores, pero al que honra a Dios y cumple su voluntad, Dios lo escucha” (Jn 9, 31). En otras palabras, quien desee ser escuchado por Dios y conocer cuál es su voluntad tendrá que hacer su mejor esfuerzo para agradarle con su vida.

A veces las personas se acercan al sacerdote diciéndole: “padre, por favor ore por mi porque usted está más cerca de Dios”. El sacerdote puede y debe orar por su pueblo, pero usted es  hijo, hija de Dios, y El quiere mostrarle cual es su voluntad para su vida en cada aspecto de su existencia. Sería injusto que Dios desee que hagamos su voluntad y no nos muestre lo que quiere que hagamos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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