On
May 23, Archbishop Oscar Arnulfo Romero, will be beatified in El Salvador; he
is the first Salvadorian saint officially declared by the Church. The role of
this Archbishop inspired many missionaries from other countries to support the
Church in El Salvador, among them were four American missionaries who gave their lives in that bloody conflict:
Dorothy Kazel, Ursuline Religious Sister from the Diocese of Cleveland; Ita
Ford and Maura Clarke, Maryknoll congregates; and Jean Donovan, a Cleveland
religious collaborator laywoman.
The
unconditional faith of these four women is reflected in one of the letters
Dorothy Kazel wrote a few days before her death about El Salvador: that it is
“writhing in pain a country that daily faces the loss of so many of its people
and yet a country that is waiting, hoping, yearning for peace. The steadfast
faith and courage our leaders have to continue preaching the Word of the Lord
even though it may mean ‘laying down your life’
in the very REAL sense is always a point of admiration and a vivid
realization that JESUS is HERE with us. Yes, we have a sense of waiting,
hoping, and yearning for complete realization of the Kingdom, and yet we know
it will come because we can celebrate Him here right now.”
A
Christian life can only be lived in a committed or involved life. Committed
Christians are those who are willing to give their lives for a cause they
believe in. Involved Christians are those who contemplate the reality that
surrounds them but do nothing to transform it: the silent murder of unborn
children, the sale of drugs in schools; display of pornography in the media
that poison children, youth and adults. Some Christians believe that everything
legal is good, even if it is contrary to the Law of God.
“The
hour has come for the Son of Man to be glorified. Very truly I tell you, unless
a kernel of wheat falls to the ground and dies, it remains only a single seed.
But if it dies, it produces many seeds. Anyone who loves their life will lose
it, while anyone who hates their life in this world will keep it for eternal
life” (John 12). After the assassination
of Archbishop Romero, some commented that he died for speaking recklessly of
the reality his country faced. The religious sisters, their congregations gave
them the option to abandon the reality in which they worked, but they, knowing
the risk they ran, decided to stay and suffer the fate of the people they
served.
Are
you a Christian committed or involved?
Do you understand that committed Christians, not those involved, are
those who transform a parish?
El 23 de mayo, el Arzobispo Oscar Arnulfo Romero, será
beatificado en El Salvador; es el primer santo salvadoreño declarado
oficialmente por la Iglesia. La figura de este Arzobispo inspiró a muchos
misioneros y misioneras de otros países que decidieron apoyar a la Iglesia en
aquél país, entre ellas sobresalen cuatro misioneras norteamericanas que
ofrecieron su vida en aquel sangriento conflicto: Dorothy Kazel, Ursulina de la
Diócesis de Cleveland; Ita Ford y Maura Clark, de la Congregación de Maryknoll;
y Jean Donovan, de Cleveland, laica colaboradora de las religiosas.
La fe incondicional de estas cuatro mujeres se refleja en
una de las cartas que escribió, pocos días antes de morir, Dorothy Kazel: “Si
miramos a este país pequeño, a El Salvador en su conjunto, descubrimos que es
un país retorciéndose con dolor, un país que diariamente se enfrente con la
perdida de muchísima gente, pero al mismo tiempo es un país que espera y anhela
la paz. La fe inquebrantable y valor que tienen nuestros líderes en seguir
proclamando la Palabra de Dios, aunque puede ser que signifique dar su vida por
los demás, en el sentido real, es siempre un punto de admiración y comprensión
viva que Jesús está aquí con nosotros y nosotras”.
La vida cristiana sólo puede vivirse de manera
comprometida o involucrada. Cristianos comprometidos son quienes están
dispuestos a dar su vida por una causa de la cual están convencidos.
Involucrados están los cristianos que contemplan la realidad que les rodea pero
no hacen nada para transformarla: asesinato silencioso de niños no nacidos,
venta de droga en las escuelas; exhibición de pornografía en los medios de
comunicación que envenena a niños, jóvenes y adultos. Algunos cristianos creen
que todo lo legal es bueno, aunque sea contrario a la Ley de Dios.
“Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea
glorificado. Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no
muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a
sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura
para la vida eterna” (Jn 12). Después del asesinato del Arzobispo Romero,
algunos comentaron que había muerto por hablar imprudentemente de la realidad
de su país; a las religiosas, sus congregaciones les ofrecieron la opción de
abandonar la realidad en la que trabajaban, pero ellas, aun sabiendo el riesgo
que corrían, decidieron quedarse y padecer la suerte del pueblo al que servían.
¿Es usted un cristiano/a comprometido o involucrado?
¿Comprende que son los cristianos comprometidos, no los involucrados, quienes
transforman una parroquia?
Fr. Marco López